El funeral del exprimer ministro Shinzo Abe se desarrolla en medio de fuertes protesta por el elevado costo del evento, financiado con las arcas públicas.
Familiares, autoridades japonesas y personalidades extranjeras honran desde este martes en Tokio al ex primer ministro Shinzo Abe con un funeral de Estado, ceremonia que no se realizaba en el país asiático desde 1967.
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Medios de prensa internacionales destacan la presencia de 4.300 invitados, entre los cuales hay 700 enviados de naciones extranjeras y representantes de organizaciones internacionales.
Las exequias iniciaron a las 2:00 pm (Hora local) en el pabellón Nippon Budokan de Tokio, después que la viuda depositara las cenizas de Abe en manos del primer ministro Fumio Kishidato.
Miles de personas se han reunido este martes en Tokio para asistir al funeral de Estado del ex primer ministro Shinzo Abe, asesinado en julio en un acto electoral. @Conavil_ECM #HacemosFuturo pic.twitter.com/uE7LCtn4dT
— Ismael Aguilera Sánchez (@IsmaelA660313) September 27, 2022
A continuación se escuchó el himno nacional y se guardó un minuto de silencio antes de las palabras del vocero del Ejecutivo, Hirokazu Matsuno, cuyo telón de fondo fue una fotografía enorme del finado, víctima de un pistolero en plena calle.
También se transmitió un video sobre pasajes de su vida y se depositaron ofrendas florales, a pesar del emplazamiento previo de un majestuoso arreglo floral para simbolizar las montañas de Japón.
Destacan fuentes locales que este funeral de Estado es el primero desde 1967, cuando Japón honró al ex primer ministro Shigeru Yoshida, líder de la reconstrucción económica del país tras la II Guerra Mundial, un periodo conocido como “El milagro japonés”.
Por cierto, este funeral de estado está generando mucha polémica en Japón. ¿Y eso? Los japoneses están en contra de que el estado pague todo esto ya que consideran que su mandato y su relación con la Iglesia de la Unificación fueron negativas para el país. https://t.co/wg8vxSpHwk
— #PorQuéTT (@xqTTs) September 27, 2022
La ceremonia se desarrolla en medio de fuertes manifestaciones en protesta por el elevado costo del evento, financiado con las arcas públicas.
Según una encuesta aplicada por la televisora NHK, más de la mitad de los japoneses se opone a la celebración del funeral.