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Mariátegui y el Che son constructores de una ética nueva dentro del socialismo y de un aporte original y heroico para la revolución.

Mariátegui y el Che son constructores de una ética nueva dentro del socialismo y de un aporte original y heroico para la revolución. | Foto: teleSUR

Publicado 14 junio 2022



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Ambos revolucionarios significan para las nuevas generaciones latinoamericanas la guía de la transformación social.

José Carlos Mariátegui y el Che Guevara están unidos a saber, por tres coincidencias fundamentales, confluentes, y al mismo tiempo, casuales. Ambos revolucionarios significan para las nuevas generaciones latinoamericanas la guía de la transformación social y la personificación de la vida heroica y de la entrega por una causa justa.

Tres Coincidencias

1. El Nacimiento

José Carlos Mariátegui nació un 14 de junio de 1894 y Ernesto Guevara probablemente un 14 de mayo de 1928, pero fue inscrito en el registro civil el 14 de junio, fecha que se conmemora hasta la actualidad en todo el mundo.

2. El Fallecimiento

El amauta (maestro en quechua) falleció poco antes de cumplir los 36 años y el Che a los 39. Ninguno llegó a los 40, pero su obra teórica y práctica constituye la principal herencia política del marxismo latinoamericano.

3. La relación con Hugo Pesce

Están unidos también a través de la amistad que surgió entre el ese entonces médico argentino Ernesto Guevara de la Serna y al Doctor Hugo Pesce Pescetto en Lima, en 1952. Ambos médicos estaban entregados a atender a los pacientes con lepra, enfermedad que cobraba muchas vidas en los andes y en el oriente del Perú.

Guevara conoció de cerca la labor del Dr. Pesce en el Hospital Guía del Callao. Luego visitó el Leprosorio de San Pablo, al margen del río Amazonas, centro médico que había reorganizado Hugo Pesce. Este fue un cuadro político del comunismo peruano, captado y formado por Mariátegui, a quien representó en la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana realizada en Buenos Aires en junio de 1929, en donde participó en el debate su texto: El problema de las razas en América Latina, escrito en conjunto con José Carlos Mariátegui.

Ernesto Che Guevara le dedicaría años más tarde, luego del triunfo de la Revolución Cubana, su libro Guerra de guerrillas (1960)”, señalando: “Al Dr. Hugo Pesce, que provocara, sin saberlo quizás, un gran cambio en mi actitud frente a la vida y la sociedad, con el entusiasmo aventurero de siempre pero encaminado a fines más armoniosos con las necesidades de América; fraternalmente, Che”.

En un documental cubano, titulado: Che: donde nunca jamás se lo imaginan (2004), dirigido por Manuel Pérez Paredes, se aprecia la fotografía de Pesce con Mariátegui y luego la entrevista a doña Zdenka de Pesce, viuda de Hugo Pesce, quien cuenta la amigable relación de ambos.

Pero, además de coincidir en la fecha de celebración de nacimiento, la juventud de su fallecimiento y la relación con el Doctor Hugo Pesce, tienen dos aspectos de su vida comunes: su conformación familiar y su salud, además de la construcción de una nueva concepción de heroísmo.

Dos Paralelos

1. La Familia

José Carlos Mariátegui vivió durante 1918 con doña Victoria Ferrer con quien tuvo a su primer descendiente, una hija, Gloria María Mariátegui Ferrer. Exiliado Mariátegui, nace la niña mientras él está en New York (17 de noviembre de 1919). Es en París que se entera de su nacimiento. Ya en Italia se unirá a Anna Chiappe Giacomini en1921, con quien tendrá cuatro hijos varones: Sandro Tiziano Romeo (1921), Sigfried (1923), José Carlos (1926) y Javier Hugo Amado (1928) Mariátegui Chiappe.

Ernesto Che Guevara se casó en México el 18 de agosto de 1955, con la peruana en el exilio Hilda Gadea, a quien conociera en Guatemala. El 15 de febrero de 1956 nace su primera hija Hilda Beatriz.

En Cuba, el 9 de junio de 1959 se casará por segunda vez, en esta ocasión con la cubana Aleida March Torres, con quien tendrá a Aleida (1960), quien nace mientras Guevara está en China; Camilo (1962), Celia (1963) y Ernesto (1965), que sorprende con su nacimiento a su padre mientras volaba de El Cairo a Argelia. La segunda hija de Guevara, Aleida, nace un 17 de noviembre, igual que la primera hija de Mariátegui, Gloria María. Celia, hija del Che nace el mismo día de la fecha atribuida al cumpleaños de su padre, 14 de junio.

El 19 de marzo de 1964 de su relación con la cubana Lilia Rosa López nace su hijo Omar Pérez López que no lleva el apellido del comandante.

Ambos revolucionarios tuvieron una hija de su primer compromiso con una peruana. Esta es una razón más de unidad entre el Che y Mariátegui, entre el Che y los peruanos.

2. La Salud

Sobre la salud de José Carlos Mariátegui, el Doctor Uriel García Cáceres dice: “(…) habría que pensar que la osteomielitis crónica, de la región de la rodilla izquierda, le había causado una diseminación por vía sanguínea en los tejidos de la pierna derecha con las consecuencias ya conocidas.” También señala que se podría considerar las siguientes posibilidades: “una endocarditis bacteriana que produjo una trombosis en una arteria importante de la pierna derecha”, ya que “el foco de la osteomielitis, después de dos decenas de años tuvo que producir un grave daño en el sistema inmunológico del paciente”, o una “amiloidosis, que consiste en la producción de sustancias extrañas o aberrantes por parte de las células encargadas de la elaboración de una proteína que envuelve y bloquea a las bacterias”, o “una endocarditis bacteriana, otra vez, con su secuela de septicemia y con punto de partida en la malhadada lesión de la rodilla” o “un tumor maligno que se presentó en la pierna derecha, en 1924” o por último, “Mariátegui pudo tener diabetes juvenil, con lo que se explicaría la tendencia de desarrollar infecciones, especialmente la osteomielitis”.

Como fuera, el amauta sufría mucho desde que se accidentara a los ocho años, sin embargo, supo reponerse y actuar incansablemente por la construcción del mundo nuevo. La poeta Magda Portal, quien fuera su amiga, contó en la realización del documental cubano - peruano sobre la vida del amauta La imagen de su huella (1987) que: “era sufrido, él tenía dolor, sufría y sabía que se moría, todo eso estaba dentro de él y lo sentíamos, sentíamos su vida que terminaba, con todo, no creíamos que se iba a morir tan pronto”. Y añade: “siempre tenía su cara un poco triste, en el sentido de que se sentía pues que estaba tan grave, estuvo siempre grave”.

Ernesto Che Guevara, presentó desde muy pequeño los malestares del asma y fue asmático toda su vida. Su padre, Ernesto Guevara Lynch cuenta en el Documental cubano – argentino Mi hijo el Che (1985): “Ernesto tuvo una pulmonía muy seria, que quizá este fuera el verdadero origen de su asma (…) yo estaba verdaderamente muy apenado y el diagnóstico era malo, no comía, no tomaba leche, pero de pronto se prendió de la teta de la madre, hice un gesto de alegría y le dije: vieja – le dije a Celia -, el chico se salvó”.

Ni la grave enfermedad de Mariátegui, desarrollada luego de un duro golpe en su pierna izquierda a los ocho años, ni el asma que sofocaba al Che desde muy pequeño, impidieron que estos dos hombres realizaran tareas titánicas, muy aparte de su labor teórica, la fundación del partido revolucionario, de la CGTP, de “La Razón”, “Nuestra Época”, las universidades populares, “Labor” y “Amauta” para Mariátegui; y la Batalla de Santa Clara, que definió el triunfo militar de la Revolución Cubana, la fundación de “Radio Rebelde”, el periódico “El cubano libre”, la alfabetización de los campesinos, la campaña del Congo y la gesta de Bolivia, así como el trabajo voluntario para Guevara; demuestran que individuos con conciencia revolucionaria, con una férrea voluntad y sentido de entrega para su pueblo pueden superar cualquier dolencia por grave que sea.

Una Concepción

La vida de ambos revolucionarios se inicia desde muy temprano venciendo a la adversidad para terminar en una entrega voluntaria por la transformación de su sociedad y por la construcción del socialismo, pero pasando antes por el disfrute de una vida normal y el desarrollo satisfactorio y pleno de todas sus facultades biológicas y sociales.

La construcción del “hombre nuevo” del que tanto hablaba Guevara y la concepción de que “el hombre llega para partir de nuevo” de Mariátegui, no constituyen sino una sola esencia de pensamiento: la creencia en la voluntad del ser humano para transformar su destino, pero con la plena condición de que solo podrá hacerlo con una nueva ética, la moral de trabajadores y con la convicción de que siempre se necesitará vencer nuevas dificultades y derribar nuevos muros.

El comandante Ernesto Che Guevara, en su obra de marzo de 1965, El socialismo y el hombre en Cuba dice: “Encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica, es una de nuestras tareas fundamentales desde el punto de vista ideológico”. El amauta José Carlos Mariátegui en su Carta a Samuel Glusberg de noviembre de 1928, señala: “Trabajo en otros dos libros; Ideología y política en el Perú… e Invitación a la vida heroica”.

En ambos textos observamos como la concepción del “hombre nuevo”, es decir de aquel que “llega para partir de nuevo”, del luchador dialéctico, del revolucionario, del constructor de mundos, del socialista, solo puede sustentarse en la afirmación de una vida heroica. Vida heroica que se muestre en las cosas cotidianas, en la actitud hacia el trabajo, en la superación de las enfermedades, en la entrega por el pueblo, en el trabajo voluntario, en el desarrollo teórico, en la polémica revolucionaria, en la fundación del instrumento de la revolución, en la construcción de una actitud vivencial acorde con la voluntad transformadora del pueblo, que se nutre con la satisfacción de sus necesidades a través de sus luchas.

Mariátegui y el Che son constructores de una ética nueva dentro del socialismo y de un aporte original y heroico para la revolución. Pero heroico no solamente en el sentido del viejo concepto, del personaje sobrehumano que todo lo puede o de aquel que representa la esencia de su cultura, sino en un sentido nuevo, aquel que señala lo heroico como superación de una serie de problemas para construir el mundo nuevo  para el nuevo ser humano, aquel que dé estructura y forma al constructor social y socialista, aquel “héroe anónimo de la fábrica, de la mina, del campo, el soldado ignoto de la revolución social”, como dijera el amauta en 1923. En ese sentido y en ese espacio radica la invitación a la vida heroica de Mariátegui y el Che.


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