Donar un órgano o tejido en vida, o cuando una persona ha fallecido, puede significar una segunda oportunidad de vivir para cientos más.
Tanto el trasplante de un órgano como el de un tejido es el procedimiento de pasar estos organismos vivos de un cuerpo a otro. El acto es llamado "donación" y, en el marco del Día Mundial de los Pacientes Trasplantados, te contamos seis datos sobre el tema importante para la salud de todos.
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Todas las personas pueden ser donantes de órganos, sin embargo existen ciertas limitaciones: El donador debe estar consciente, ser mayor de edad y, sobre todo, recibir la atención médica correspondiente para verificar la compatibilidad con el receptor.
De ser donación en vida, primero debe existir compatibilidad con el paciente. En caso de una donación de alguien fallecido, la persona debió manifestar su intención de hacerlo, ya sea por escrito o haberse inscrito en algún programa de donación.
De no haber expresado negativa alguna en donar sus órganos después de su muerte, un familiar directo debe autorizarlo en corto tiempo luego de la muerte.
En cada nación debe existir un instituto de salud que se encargue de la lista de espera. Esta es manejada según diversos criterios médicos que permiten dar prioridad de acuerdo a la necesidad y el estado del paciente para recibir el órgano.
En caso de ser un trasplante en vida y la persona quiere donar un órgano de manera altruista, puede hacerlo de forma anónima.
Los órganos y tejidos que se pueden donar en vida son un pulmón, parte del hígado, parte del páncreas o una parte del intestino.
Entre los tejidos están la médula ósea, células madre del cordón umbilical (solo después de haber nacido el bebé), sangre, piel y plaquetas.
Los órganos y tejidos que se pueden donar luego de la muerte son los riñones, los pulmones, el hígado, el corazón, el páncreas y el intestino.
Desde 2014 también se pueden donar manos y rostro. Los tejidos, por otra parte, son las córneas, las válvulas cardíacas, la piel, los tendones y los huesos.
En caso de poder donar y trasplantar todos los órganos y tejidos de un cuerpo, este podría beneficiar hasta 800 personas.